Organización de los Estados Americanos
Misión de Observación
Electoral-Venezuela
6
de diciembre de 2005
OBSERVACIONES PRELIMINARES DE LA OEA
SOBRE LAS ELECCIONES PARLAMENTARIAS EN
VENEZUELA
La Misión de Observación Electoral de la
Organización de los Estados Americanos (OEA)
presenció el proceso electoral durante un
mes para elegir diputados a la Asamblea
Nacional de Venezuela, que culminó con la
votación del domingo 4 de diciembre.
Durante la jornada electoral, la Misión
desplegó a sus 45 observadores en 22 Estados
del país para observar el desarrollo de los
comicios en una muestra aleatoria de centros
de votación.
Como resultado de su observación el día
domingo, la Misión desea destacar el
ambiente de tranquilidad que se evidenció en
el desarrollo los comicios, así como la
adecuada preparación y organización de los
centros de votación. Se constató que,
conforme a lo expresado por el CNE, los
captahuellas y los cuadernos electrónicos de
votación no fueron utilizados, las máquinas
estuvieron desconectadas durante la votación,
se imprimió el acta antes de la transmisión
y se realizaron las auditorias de cierre. La
jornada concluyó con una participación
aproximada del 25 % del total de electores.
Sin embargo, con base en la observación
directa el día de la elección, la Misión
desea señalar los siguientes hechos: en
varios centros se observó que un número
importante de votantes mostró
desconocimiento y dificultades sobre la
forma de votar. Buena parte de los votantes
solicitó ayuda y acompañamiento de los
miembros de mesa o testigos de los partidos
políticos presentes para marcar su voto en
la boleta electrónica electoral. Estas
prácticas podrían vulnerar el secreto del
voto.
En la mayoría de los centros observados por
la OEA, las mesas cerraron entre las 17:00 y
las 19:00 horas, aun cuando en varios de
ellos no había votantes en la cola,
incumpliendo así el horario establecido por
la ley. La decisión fue tomada por el
directorio del CNE por razones climáticas en
cinco Estados, y en el resto del país, con
el argumento de que los centros debían
permanecer abiertos por 10 horas. En la
práctica, los miembros de mesa y del Plan
República fueron los que decidieron la hora
de cierre. Estas circunstancias
contribuyeron a crear incertidumbre y
suspicacia. Cabe destacar que la extensión
del horario coincidió con un incremento de
la campaña oficialista para aumentar la
participación en las últimas horas.
La Misión lamenta las declaraciones públicas
de una alta dirigente del oficialismo que
buscaron coaccionar la participación de los
funcionarios. Esta declaración fue
desautorizada por todos los sectores del
país.
Por otro lado, y en término del proceso
electoral, a lo largo de su trabajo, la
Misión constató que la desconfianza mutua
constituyó un elemento central de la
contienda electoral. Esta desconfianza se
destacó entre un sector importante de la
ciudadanía y las autoridades gubernamentales,
electorales y partidarias, entre el gobierno
y la oposición, entre el gobierno y los
medios privados de comunicación y en el seno
mismo de los partidos de oposición. También
se percibió un clima de polarización y
tensión política.
Particularmente, la Misión ha observado que
por parte de un sector significativo de la
oposición persiste la desconfianza en el CNE.
Esta se vio expresada en críticas
relacionadas a su origen y composición, a la
percepción que la oposición tiene de
parcialidad y falta de transparencia en su
accionar, así como en relación a la
aplicación controvertida de algunos aspectos
de la normativa electoral. Adicionalmente,
se observaron ciertas inconsistencias y
vacíos en la normativa electoral que
disminuyeron la seguridad jurídica y que
sugieren la necesidad de una reflexión
rigurosa sobre dicha normativa.
A pesar de las importantes garantías
otorgadas por el CNE, a petición de ese
significativo sector de la oposición, éste
decidió finalmente no concurrir al evento
electoral. Entre las garantías ofrecidas
vale la pena mencionar la eliminación del
captahuellas y de la gran mayoría de los
cuadernos electrónicos de votacion, el
aumento de las auditorias de cierre, la
habilitación de espacios adicionales en los
medios para propaganda electoral y la
presencia de testigos y observadores
internacionales en todas las fases del
proceso electoral.
Asimismo, los esfuerzos emprendidos por el
CNE en el cumplimiento de su mandato para
automatizar el voto merecen reconocimiento.
No obstante, dada la complejidad del
sistema, éste requiere de auditorias
permanentes, así como de blindajes técnicos
y humanos con participación efectiva de
todos los partidos políticos, a los efectos
de generar la confianza necesaria.
La participación electoral es lo que
contribuye al fortalecimiento de la
democracia y la legitimidad de las
instituciones representativas. Compete a
las autoridades electorales generar las
condiciones necesarias para una plena
participación de todos los sectores. Aunque
se reconoce el derecho a no participar,
resulta preocupante que por el retiro de la
oposición, un sector importante de la
ciudadanía se quede sin representación en la
Asamblea Nacional. Toda democracia requiere
de una oposición institucional comprometida
con la vía electoral, para que pueda
participar con lealtad en el sistema
democrático.
Durante la campaña electoral, la Misión
observó la participación proselitista de
funcionarios públicos de alto nivel, tanto
nacionales como estatales y municipales, y
una ausencia de mecanismos de control
estrictos sobre el uso de recursos públicos
y privados con fines políticos y electorales.
Se observó en los actores políticos un
discurso agresivo y descalificador
concentrado en el sistema electoral, que
impidió la creación de un clima favorable
para el debate de propuestas políticas y el
desarollo de campañas electorales
constructivas.
Para la Misión, la convivencia política
democrática en Venezuela sólo se podrá
lograr mediante la recuperación de la
confianza. Esto requiere el respeto y el
reconocimiento mutuo que se construye a
través de un dialogo franco, inclusivo y de
buena fe.
Esta Misión considera que sería altamente
beneficioso para la democracia venezolana
si, a través de dicho diálogo, las
autoridades gubernamentales, los partidos
políticos y la ciudadanía pudiesen lograr a
la mayor brevedad posible un nuevo consenso
democrático. Este diálogo podría incluir
una agenda que aborde temas como: la
elección del CNE, el sistema automatizado de
votación, la normativa electoral, el
Registro Electoral Permanente y el proceso
de cedulación, el desarrollo de un sistema
de partidos políticos con fórmulas
transparentes de financiamiento, el sistema
de elección parlamentaria para asegurar la
representación proporcional de las minorías,
y el fortalecimiento del principio de
separación, independencia y equilibrio de
poderes –principio fundamental de toda
democracia presidencialista. La Misión
considera que la mayor responsabilidad
política para impulsar este diálogo
corresponde a las autoridades
gubernamentales.
La Misión agradece a las autoridades
gubernamentales, electorales, partidarias y
de la sociedad civil por la atención y
amabilidad con que fue recibida durante su
estadía en Venezuela.
Contacto: Javier Montes
0414-249-9554